El ISO, también conocido como ASA, es la sensibilidad que posee una película fotográfica (negativo) o un sensor (en el case de las cámaras digitales) a la luz. En otras palabras, entre mayor es el ISO mayor sensibilidad se tiene frente a la fuentes de luz.
El ISO se mide a partir de 100 y cada paso de ISO más alto se multiplica por dos, de esta manera:
1 - 100
2 - 200
3 - 400
Etc...
La cámaras comunes de fotografía análoga y digital tienen sensibilidades ISO que van desde 100 hasta 800. La cámaras más profesionales de fotografía digital actuales tienen ISO desde 100 hasta 3200. Algunas de las que lideran el mercado fotográfico pueden expandir su ISO hasta 12,800, y las dos grandes cámaras actuales, la Nikon D3S y la Canon 1D Mark IV pueden tener ISO que llega hasta 102,400.
Un ISO alto nos puede facilitar tomar fotografías con menor cantidad de luz sin que quedan movidas o sea necesario un flash muy potente. Pero acá es donde comienza la pregunta, si el ISO es amigo, o enemigo.
Aunque una velocidad de ISO alta nos asegura luz y estabilidad en nuestras fotos, puede tener crearnos algo llamado "Ruido digital" que son esos pequeños puntos de colores que a veces vemos en fotografías.
Canon 7D 18 - 135mm
1/500
f 11
ISO 6400
Como se ve en esta foto, al tener un ISO tan alto comienza a deteriorase la imagen.
Para evitar este tipo de inconvenientes, muchas cámaras poseen filtros para eliminar el ruido, o también se puede hacer por medio de softwares de retoque fotográfico digital (Photoshop, Gimp, iPhoto, etc)
Para saber qué ISO utilizar en fotografía primero debemos tener en claro varios puntos de referencia.
- Cantidad de luz del lugar.
- Estabilidad de objetos o personas a las que se les vaya a fotografiar.
- Intención de la fotografía (Impresión, visualización)
El ISO, en conclusión, hay que saberlo llevar para evitar tener problemas con él, pues siempre es mejor tener amigos que enemigos.
A continuación les dejo algunos ejemplos de cómo el ISO puede afectar una fotografía.
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